Risitas Ciegas

El otro dia estaba en una reunión muy importante que no puedo recordar.

Una persona sonrió con complicidad, silente.

Me sonreí, yo también, como quien quiere participar de un chiste sin entender de que se trata: ¿era un meme que no ví? ¿una persona haciendo muecas tras la webcam?

Le escribo a Marcela que tiene la cámara apagada: ¿estás ahí? ¿de qué se ríe Claudio? le pregunto mientras sigo sonriendo amablemente para quien sea que me esté mirando. Marcela me recomienda no mandar mensajes privados: “los revisan después” me dice. “Mejor escríbeme los cahuines por whatsapp”.

¿De qué se trataba la reunión? Era importante, sin embargo no recuerdo el tema. Supongo que era de esas reuniones que, al igual que las celebridades, son importantes por ser importantes.

Si recuerdo algunos de los mensajes que intercambiamos por WhatsApp esa mañana donde -como adolescentes pasándose papelitos en clases, la situación publica que compartíamos era infinitamente menos importante que las miles de situaciones privadas que provocaba: los memes, los cahuines, las críticas y los chistes enviados mientras aparentábamos trabajar.

Y así se producen las sonrisitas amables y otras complicidades ciegas, tan típicas de estas reuniones donde -en realidad, no te reuniste con nadie.